CIRUGÍA PODOLÓGICA

El Hallux Valgus se caracteriza por la desviación lateral del primer dedo, acompañada de la formación de un juanete (crecimiento óseo) en la cabeza del primer metatarsiano. La progresión del juanete puede dar lugar a nuevas afecciones en la parte anterior del pie, como dedos en garra y metatarsalgias.

Implica la inclinación del quinto dedo hacia la región interna del pie, acompañada de la formación de un bunion (crecimiento óseo) en la cabeza del quinto metatarsiano. Esto genera dolor en la parte lateral y planta del pie debido a la presión del calzado y al caminar. 

La solución definitiva es la intervención quirúrgica, que permite la eliminación del bunion y la alineación del quinto dedo.

Se refiere a deformidades de los dedos del pie en el plano sagital, cuyas causas pueden ser diversas, como alteraciones en la estructura ósea del pie, la presencia de juanetes, el uso de calzado estrecho y con tacón, entre otras. Estas deformidades suelen ocasionar dolor y la formación de callosidades en áreas de fricción con el calzado.

La solución definitiva para estas deformidades es la intervención quirúrgica. Dependiendo de la ubicación de la deformidad en el dedo y qué falanges se vean afectadas, se presentan diferentes variaciones, como el dedo en martillo, el dedo en mazo o el dedo en cuello de cisne.

La clinodactilia ocurre cuando hay una desviación de las falanges en el plano transversal. Sus principales causas son genéticas y relacionadas con el tipo de calzado.

Similar al tratamiento para el dedo en garra, la solución definitiva es la intervención quirúrgica. Sin embargo, en etapas tempranas, como en la infancia, el uso de ortesis digitales de silicona junto con vendajes específicos puede resultar altamente efectivo.

El espolón calcáneo es la formación ósea nueva en la parte inferior del hueso calcáneo, donde se inserta la fascia plantar. Esto resulta en dolor al apoyar el talón, especialmente después de períodos de reposo. En muchos casos, este espolón está relacionado con la fascitis plantar.

Se manifiesta mediante dolor en la parte inferior de los metatarsianos, comúnmente ocasionado por alteraciones en su posición, ya sean de origen congénito o adquirido. En ciertas ocasiones, estos cambios en la disposición de los metatarsianos están vinculados a otras afecciones como juanetes, dedos en garra y subluxaciones articulares.

El dolor experimentado por el paciente tiende a dificultar la marcha normal y, en algunos casos, puede intensificarse debido a la formación de callosidades en la planta del pie.

Los helomas digitales son callosidades entre los dedos causadas por deformidades en la superficie del hueso. La presión interna generada por estas deformidades desencadena la formación de callosidades y el dolor asociado. Eliminar externamente la callosidad alivia temporalmente, pero la causa persiste internamente en la deformidad ósea. 

El uso frecuente de tacones y calzado de punta estrecha puede contribuir a su desarrollo al favorecer la dorsiflexión de los dedos y la compresión en la zona metatarsal.

La solución definitiva es una intervención quirúrgica para eliminar la deformidad ósea, evitando así la recurrencia de la callosidad y el dolor.

La uña encarnada se origina cuando uno de los bordes de la uña ejerce presión y se introduce en el tejido blando que rodea la uña. Surge un conflicto de espacio entre la uña y el tejido circundante, resultando en la incrustación de la uña. Este enclavamiento desencadena dolor, inflamación y, en muchos casos, infección con la consiguiente formación de pus.

La aparición de uñas encarnadas puede estar vinculada a diversos factores, como:

1. Una curvatura excesiva de la uña presente desde el nacimiento.
2. Un corte inadecuado de la uña.
3. El uso de calzado estrecho.

El tratamiento inicial para la uña encarnada implica la eliminación del fragmento de la uña incrustado y el tratamiento de cualquier infección asociada. En casos de recurrencia, el enfoque definitivo será quirúrgico. Este procedimiento implica la extirpación de la porción de la uña afectada, incluida su correspondiente porción de la matriz ungueal. Esta intervención garantiza que el fragmento de la uña que causaba la incrustación no vuelva a crecer.